viernes, 23 de octubre de 2009

Teorisa sobre el origen del sistema solar

Nueva teoría sobre el Sistema Solar. Una nueva teoría sobre el nacimiento del Sistema Solar podría explicar algunas de sus peculiaridades En contra de la creencia tradicional de que el Sistema Solar se formó, relativamente aislado, en un rincón oscuro de una nube interestelar, un grupo de astrónomos acaba de publicar en la revista 'Science', un reciente estudio según el cual nuestro sistema fue el producto de un violento ambiente nebular. En contra de la creencia tradicional de que el Sistema Solar se formó, relativamente aislado, en un rincón oscuro de una nube interestelar, un grupo de astrónomos acaba de publicar en la revista 'Science', un reciente estudio según el cual nuestro sistema fue el producto de un violento ambiente nebular, un derivado de la reacción provocada por intensas radiaciones ultravioletas y potentes explosiones, que suelen dar vida a las estrellas más masivas y luminosas. La nueva teoría ha sido elaborada por un grupo de astrónomos de la Universidad Estatal de Arizona (EEUU), que se basan en recientes descubrimientos y observaciones astronómicas, así como análisis químicos de restos de meteoritos. El nuevo escenario en el que se ubica el nacimiento del Sistema Solar no se parece al que hasta ahora se había descrito en la mayoría de los estudios científicos sobre su origen. En general, según los investigadores, hay dos ambientes distintos en los que se pueden formar estrellas de baja masa, como nuestro Sol. En uno de ellos, se produce un proceso lento, en el que una nube molecular se va colapsando poco a poco, sin perturbaciones, creando una por una a las estrellas. El otro tipo de ambiente es radicalmente diferente. En este último caso se forman regiones más masivas que dan lugar a la creación no solo de estrellas de baja masa sino también a estrellas muy masivas y luminosas. Estas últimas regiones son muy distintas, porque una vez que se forma una estrella muy masiva, ésta comienza a lanzar grandes cantidades de energía que, a su vez cambian completamente la forma en la que se crean otras estrellas, como el Sol, en el ambiente que las rodea. La observación de que nuestro Sistema Solar se formó en este último tipo de ambiente, más agitado, ha partido del reciente descubrimiento de meteoritos con patrones de isótopos que tan solo pueden haber sido ocasionados por la degradación radioactiva del hierro-60, un isótopo inestable que tan solo tiene una media vida de apenas un millón y medio de años. Según aseguran los astrónomos, muchos aspectos del Sistema Solar dan sentido al nuevo argumento, que podría explicar, por ejemplo, porqué la parte exterior del Sistema Solar -el llamado Cinturón de Kuiper- marca un límite tan abrupto. Además, la radiación ultravioleta podría explicar efectos intrigantes como las anormalidades en las concentraciones de isótopos de oxígeno en los meteoritos. Los científicos se atreven a afirmar que la cantidad de material radiactivo inducido sobre el joven Sistema Solar por una supernova en los inicios de su formación podría haber influenciado profundamente en la habitabilidad de la Tierra. Incluso aventuran que la vida en la Tierra debe su existencia a una estrella masiva de ese tipo que provocó la formación del Sol. Esta visión del nacimiento cósmico del sistema Solar podría tener profundas implicaciones para entender no sólo el porqué del tamaño y la forma del Sistema Solar, sino también la formación y el desarrollo de vida en la Tierra. La nueva teoría será muy valiosa para buscar vida en otras partes del Universo, porque para saber en qué medida se parecen los diferentes planetas a la Tierra habrá que saber primero qué condiciones hicieron posible que se formaran planetas como éste.

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